Mientras México hacía un llamado a las Naciones Unidas (ONU) a una solución pacífica ante la crisis entre Estados Unidos y Venezuela, dos buques petroleros ostentados con bandera de Liberia navegaban cerca de Cuba tras haber salido del puerto de Coatzacoalcos, Veracruz. Las embarcaciones partieron de la terminal de Pajaritos, propiedad de Petróleos Mexicanos, con el objetivo de entregar hidrocarburos a la isla caribeña para mitigar la crisis energética que enfrenta desde hace meses.
El envío, que incluyó un cargamento reciente de aproximadamente 80 mil barriles de petróleo, ha sido interpretado en Estados Unidos como un respaldo del Gobierno mexicano al régimen cubano, lo que ha generado nuevos roces en una relación bilateral ya marcada por tensiones en temas como migración, seguridad y comercio.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, defendió la decisión al asegurar que el apoyo a Cuba responde a razones humanitarias y se encuentra dentro del marco legal. Recordó que México ha mantenido relaciones diplomáticas y de cooperación con la isla de manera ininterrumpida, independientemente del partido político en el poder. “No es algo nuevo, todo se hace en el marco de la ley y también por motivos humanitarios al pueblo de Cuba”, señaló durante una conferencia matutina.
Sheinbaum también mencionó que distintos gobiernos mexicanos, desde la administración de Carlos Salinas de Gortari, han realizado aportaciones energéticas a Cuba. Reconoció además que en 2024 se enviaron cerca de 400 mil barriles tras el paso del huracán Rafael por la isla. Pemex, por su parte, ha informado a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) sobre sus exportaciones, incluidas las destinadas a Cuba.
No obstante, la información sobre el costo y las condiciones de estos envíos ha generado cuestionamientos. Firmas especializadas en monitoreo energético han señalado que los volúmenes enviados desde México disminuyeron de forma significativa a mediados de este año. Sheinbaum se comprometió a transparentar los datos en los próximos días y reiteró que “todo es legal”.
La polémica también ha tenido repercusiones en el ámbito interno. Partidos de oposición han criticado la decisión en un contexto de dificultades financieras para Pemex, considerada la petrolera más endeudada del mundo. La diputada del Partido Acción Nacional (PAN) calificó como “indignante” que se destinen recursos energéticos a Cuba mientras, aseguró, se prevén aumentos en los precios de los combustibles en México. El Gobierno federal ha reconocido que la producción petrolera se encuentra en 1.3 millones de barriles diarios, niveles similares a los de 2018.
En el plano internacional, la postura de México como intermediario en la crisis entre Venezuela y Estados Unidos ha vuelto a colocar al país bajo la lupa de Washington. El endurecimiento de la vigilancia estadounidense sobre el régimen de Nicolás Maduro ha impactado el tránsito de buques petroleros hacia Cuba, algunos de los cuales han desviado su ruta ante posibles sanciones.
Desde el Congreso estadounidense, legisladores republicanos han expresado su rechazo al respaldo energético de México a Cuba. La congresista María Elvira Salazar afirmó que envió un mensaje directo a la presidenta Sheinbaum para exigir el fin del apoyo a los gobiernos de Cuba y Venezuela. Otros legisladores han llevado el debate a un terreno sensible para México: el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
El congresista Carlos Giménez envió una carta al Departamento de Estado en la que sugirió que la cooperación energética con Cuba podría violar el TMEC y planteó que la revisión del acuerdo en 2026 sea utilizada para presionar al Gobierno mexicano a cancelar dichos envíos. “Estados Unidos no debe permitir que su socio comercial más cercano financie regímenes criminales”, señaló.
El envío de petróleo a Cuba, defendido por México como una acción humanitaria y legal, se ha convertido así en un nuevo punto de fricción con su principal socio comercial, evidenciando las diferencias diplomáticas y estratégicas de ambos países en el escenario latinoamericano.