Alas ecológicas

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Como no son vistos por el gran público, no interrumpen el tráfico a las horas pico o pasan junto a nosotros arrojando humo negro, el transporte marítimo ha pasado -un poco- desapercibido en cuanto a su contribución a la contaminación del planeta y aunque algunos documentales han expuesto sus muy sucios procesos, poco se ha hecho en cuestión de regular / limpiar/ modernizar a los barcos que surcan nuestros mares.

Empresas como Maersk han experimentado con biocombustibles para sus buques y la empresa Hurtigruten Norway anunció su intención de tener para 2030 un crucero cero emisiones.

El Pixies Ocean -fabricado en 2017- pasó por una gran modificación para incorporarle dos grandes ‘velas’, con las cuales las empresas involucradas en esta innovación, esperan reducir en 30% las emisiones de la embarcación de carga.

Cargill se alió con BAR Technologies para diseñar y equipar al buque con grandes velas de metal de casi 40 metros de alto, mismas que fueron producidas por Yara Marine Technologies.

En la aventura está involucrada también Mitsubishi Corporation, quienes son los dueños de la embarcación, alquilada por Cargill.

“La industria marítima está en camino hacia la descarbonización; no es fácil, pero es emocionante”, dijo Jan Dieleman, Presidente del Negocio de Transporte Marítimo de Cargill y agregó que en la empresa “tenemos la responsabilidad de ser pioneros en soluciones de descarbonización en todas nuestras cadenas de suministro para satisfacer las necesidades de nuestros clientes y las necesidades del planeta. Una tecnología como WindWings no está exenta de riesgos y, como líder de la industria, en asociación con el visionario armador Mitsubishi Corporation, no tenemos miedo de invertir, asumir esos riesgos y ser transparentes con nuestros aprendizajes para ayudar a nuestros socios en la transición marítima a una futuro más sostenible.”

El transporte marítimo es responsable de 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera (producidas por la actividad humana) con más de mil millones de toneladas de CO2 aportadas cada año. Si bien hay ya buques operando con tecnología eólica, estos no pasan de 20.

La entrada de Cargill sin duda influirá positivamente en el escalamiento de estas tecnologías pues se trata de uno de los mayores intermediaron en el comercio de productos agrícolas a nivel mundial (por sus manos pasan más de 225 millones de toneladas de productos agrícolas al año)…. pero no se puede perder de vista que parte del financiamiento para el desarrollo del proyecto WindWings viene de la Unión Europea.

Una vez instaladas, las alas reducen emisiones y también son un factor para que las empresas navieras cumplan con las más recientes normas de la industria sobre eficiencia energética y, además, ayudan a ahorrar dinero al reducir el consumo de combustible

En un comunicado, Cargill hizo público su estimado que en una ruta global promedio, la instalación de WindWings contribuye al ahorro de tonelada y media métrica de combustible por ala por día (y el ahorro es mayor en rutas transoceánicas).

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